​Tengo una DSX de finales de 2022, que compré de segunda mano a alguien que la había cuidado bien. Al principio, todo iba perfecto, pero en menos de 15.000 km y tras un año de uso, han empezado a surgir varios problemas.

1️⃣ Intermitentes con vida propia: Cada vez que llueve, los intermitentes empiezan a fallar: se activan y desactivan solos, sin responder a los mandos.

2️⃣ Problema en el escape: El kit de escape Ixil que trae de serie ha dado problemas. La membrana en el acople de la petaca se quemó, lo que hacía que la moto sonara como si no tuviera devil killer. La marca (ixil) tardó tanto en ofrecer una solución que el propio mecánico tuvo que improvisar un arreglo, que de momento parece funcionar.

3️⃣ Suspensión ruidosa: Cada varios días vuelve a aparecer un chirrido en la suspensión, a pesar de que limpiándola a fondo se soluciona temporalmente. En el taller no han sabido arreglarlo, así que ya me he acostumbrado, aunque sé que no es normal.

4️⃣ El peor problema: arranque fantasma y caída: Este ha sido el incidente más grave. Al llegar a casa, encontré la moto caída con la cúpula y la estribera destrozadas. Primero pensé que alguien la había tirado o intentado robar, pero cuatro vecinos me contaron lo que realmente pasó: la moto, bloqueada por llave, con candado de disco de freno, con la pata de cabra puesta y bloqueada, empezó a dar tirones sola hasta que cayó al suelo. Una vez en el suelo, siguió intentándolo hasta que finalmente se apagó, aparentemente porque la batería se agotó. Como resultado, la estribera del cambio quedó rota y la cúpula Givi, reventada.

Tuve que enviarla al taller en grúa. Cuando les expliqué lo ocurrido, casi no se lo creían. La suerte es que no hubo ningún accidente con peatones, pero ocurrió justo a la hora de salida del colegio, lo que podría haber sido muy peligroso. Ahora solo queda esperar a ver qué me dicen… Pero este último episodio me ha dejado realmente desilusionado.